El ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU) funciona según el principio de dirigir ondas ultrasónicas a capas específicas de la piel y tejidos subyacentes. A diferencia del ultrasonido tradicional utilizado con fines diagnósticos, el HIFU concentra la energía en un área pequeña, creando altas temperaturas muy por debajo de la superficie de la piel. Esta estimulación térmica provoca un daño tisular controlado, lo que estimula el proceso de curación natural del cuerpo.
Al llegar a la capa SMAS (sistema músculo-aponeurótico superficial), una estructura que normalmente se trata en un estiramiento facial quirúrgico, el procedimiento da como resultado un tensado y levantamiento de la piel sin la necesidad de incisiones ni tiempo de recuperación.
La contracción y el tensado inmediatos de las fibras de colágeno durante el procedimiento HiFu se deben al efecto térmico de la energía ultrasónica. Cuando los pulsos ultrasónicos penetran la piel y alcanzan las capas profundas de la dermis o incluso la capa muscular aponeurótica superficial (SMAS), aumentan la temperatura local a aproximadamente 60-70 °C. Esta energía térmica provoca la desnaturalización de las moléculas de colágeno, un proceso en el que se altera temporalmente la estructura de triple hélice del colágeno.
Como resultado de este cambio, las fibras de colágeno se contraen y compactan, lo que conduce a levantamiento instantáneo y reafirmación de la piel. Este es el efecto visible a corto plazo del procedimiento. Además, el efecto térmico estimula los fibroblastos, células de la dermis responsables de la síntesis de nuevo colágeno y elastina. Este proceso produce una mejora a largo plazo de la textura y elasticidad de la piel en los siguientes 3 a 6 meses.
El procedimiento se realiza con un dispositivo especializado que produce pulsos de ultrasonido de diferentes frecuencias e intensidades. Según la zona a tratar, el ultrasonido penetra a una profundidad de 1,5 a 4,5 milímetros. Para tratar zonas del cuerpo con una capa subcutánea más gruesa, como los muslos, el abdomen y las caderas, se utilizan puntas específicas que pueden penetrar a una profundidad de 8 a 13 milímetros.
Uno de los aspectos clave de la eficacia del HIFU es la capacidad de ajustar con precisión los parámetros a las características individuales del paciente. Es importante que el procedimiento sea realizado por especialistas calificados que puedan evaluar el estado de la piel y determinar el plan de tratamiento más adecuado.