Protocolos listos para usar para dispositivos HIFU: ¿una solución conveniente o un riesgo oculto?

El ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU) se ha establecido como una tecnología moderna y no invasiva para tensar y contornear la piel del rostro y el cuerpo. Gracias a la capacidad de lograr resultados visibles sin intervención quirúrgica, los procedimientos HIFU ganaron rápidamente popularidad entre una amplia gama de pacientes. Pero detrás de esta atractiva imagen también hay detalles importantes que a menudo quedan en la sombra: uno de ellos es el uso de configuraciones de fábrica para el equipo.

¿Qué son los ajustes de fábrica?

Los dispositivos HIFU generalmente vienen con protocolos preestablecidos: combinaciones de parámetros como profundidad de penetración, energía, número de líneas e intervalos entre puntos. Estas configuraciones fueron creadas por los fabricantes para facilitar las cosas al usuario y ofrecer una solución “única” para los casos más comunes.

A primera vista, esto parece razonable. Pero la anatomía humana y la estructura de la piel no son universales. Cada paciente es diferente: en edad, estado del tejido, sensibilidad y zona de tratamiento. Aquí es donde las soluciones únicas pueden convertirse en un problema.

¿Cuáles son los riesgos de utilizar configuraciones de fábrica?

La aplicación de HIFU con configuraciones que no son apropiadas para el paciente específico puede provocar:

  • Daño térmico a la piel y tejidos subcutáneos. – hinchazón, enrojecimiento, quemaduras, dolor y, a veces, cicatrices.
  • Resultados desiguales – una zona se tensa excesivamente, otra – insuficientemente.
  • Pérdida de volumen y asimetría, especialmente cuando se trabaja en una cara con una capa de grasa más fina.
  • Experiencia desagradable – dolor intenso durante el procedimiento, signo de exceso de energía o profundidad inadecuada.

Si se utiliza el equipo sin los suficientes conocimientos, sentido común y un enfoque individualizado (el llamado método de "copiar y pegar" de trabajar con protocolos ya preparados), la probabilidad de reacciones adversas aumenta considerablemente.

Cuando la accesibilidad se convierte en un peligro

Otro problema grave es que hoy en día los dispositivos HIFU están disponibles gratuitamente y en todas partes online, incluso a precios bajos, a menudo de fabricantes dudosos y sin un control claro sobre la calidad y la seguridad. Esto crea las condiciones para que la tecnología diseñada para la práctica médica y cosmética caiga en manos de personas sin las cualificaciones o la experiencia práctica necesarias.

Hay casos en que "terapeutas" autodidactas realizan procedimientos HIFU en casa o en salones de belleza, donde hay falta de supervisión médica, formación y comprensión de la anatomía. Esto no sólo devalúa el valor de la terapia, sino que también pone en peligro la salud del paciente.

¿Cual es la solución?

  • La cualificación del especialista es de importancia crítica. No sólo los certificados, sino también la experiencia práctica real y un conocimiento profundo de la piel.
  • Enfoque individualizado para cada paciente – evaluación del estado, tipo de piel, características anatómicas, objetivos y expectativas realistas.
  • Dispositivo con origen comprobado – no sólo por los resultados, sino también por la seguridad y la posibilidad de ajustar con precisión los parámetros.

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